
Hace varios cursos, llevé a cabo esta experiencia que resultó muy satisfactoria y positiva. Llegué un día a clase y dije:
- ¿Sabéis que he pensado?
- Nooooooooooooooo,
- Pues que vamos a montar una tienda en clase.
- Bien, bien, que chuli.
- Yujuuuu (calla Javi, siempre hay que hacer callar a alguno que se emociona demasiado, je,je).
- Mi tita tiene una tienda de ropa.
- Pues a mi papá no le gusta ir a las tiendas, dice que es un rollo.
- Y mi mamá vende en una tienda de carne.
- Yo quiero una tienda muy grande.
- Etc, etc.
En fin, que os voy a contar, cuándo soltamos algo así en clase, TODOS, quieren dar su opinión. Bueno, que un ratito después, cuándo se calmaron y pude explicar que era lo que había pensado, les dije que íbamos a montar una tienda de juguetes y un banco de dinero, cómo la gente mayor hacía.
Así que nos pusimos manos a la obra: previamente envié una carta a los padres explicando nuestra nueva actividad y en la que además pedía su colaboración. A partir de aquí, los niños en primer lugar escribieron una nota a las familias (eran de p-5 y lo hicieron ellos mismos) pidiendo un juguete de casa, y un pequeño monedero. Cuándo tuvimos los juguetes ,montamos el mostrador de la tienda, y un cartel grande con su rótulo. Por otro lado hicimos lo mismo en otro rincón de la clase, pero esta vez preparamos el "banco".
Una vez preparados "la tienda y el banco", procedimos a llenarlas de productos, para lo cual cada alumno realizó una etiqueta del juguete que había traído y le puso precio (máximo 5 euros). Para el banco buscamos billetes de juguete de 1 y 2 euros (trabajábamos con céntimos de verdad). Pusimos varias cajas (para que los banqueros pudieran repartir el dinero a los clientes) y en medio de la mesa preparamos una ficha donde se especificaba la descomposición de diez en monedas más pequeñas.
Para jugar se establecían rotativamente por turnos: dos banqueros , dos dependientes y varios clientes (dependiendo del grupo de niños que tocaba). Primero iban al banco, pedían crédito (no podían más de 10 euros), que los banqueros apuntaban en unas fichas, luego iban a la tienda dónde compraban juguetes y jugaban con ellos. Al acabar la compra, los dependientes hacían número para ver que habían ganado y iban al banco a ingresar sus "ganancias".
Se lo pasaban en grande jugando, al mismo tiempo que aprendían muchas cosas, ya que clasificaban, contaban, escribían, se organizaban ellos mismos, etc.
Os dejo unas fotos para que los veáis.
